APADRINAMIENTO
PROGRAMA DE AYUDA A NIÑOS/AS VULNERABLES Y DESHEREDADOS
DE CAMERÚN
Responsable del programa: Andrea Viviescas Mendoza, Vocal de la Asociación ADECUA.
Dirección: C/ Marqués de Dos Aguas, nº 20, Bajo derecha; 46220 Picassent (Valencia)
Cel: 691192703
e-mail: adecua.asociacion@gmail.com
Más información: www.adecuasociacion.org
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INTRODUCCIÓN
El programa “Ayuda a niños vulnerables y desheredados de Camerún” surge a raíz de una propuesta de colaboración que hemos recibido de la Asociación camerunesa ASEVD (Asociación de Solidaridad para los Niños Vulnerables y Desheredados). Hacíamos un viaje de descubrimiento e inmersión cultural en Camerún en agosto de 2017 cuando un grupo de voluntarios vinculados actualmente a la Asociación ADECUA, decidimos colaborar con esta acción humanitaria.
La Infancia en el continente africano se encuentran en una gravísima situación. No hablamos sencillamente de problemas o de situaciones difíciles, sino de verdadera emergencia humanitaria. Los Servicios Sociales de los países africanos están desbordados por el gran número de huérfanos y niños abandonados y vulnerables que quedan a merced de todo tipo de situaciones injustas, provocando un sufrimiento enorme y EVITABLE.
Este programa de ayuda humanitaria viene a ser una respuesta ante el clamor de la infancia desamparada de Camerún.
YAUNDE EN EL MAPA
Camerún, oficialmente la República de Camerún. Limita al noroeste con Nigeria, al este con Chad y la República Centro africana, y al sur con Gabón y Guinea Ecuatorial. Su litoral se encuentra en el golfo de Biafra, que forma parte del golfo de Guinea.
El país ha sido llamado "África en miniatura" por su diversidad geológica y cultural:
Tiene playas, desiertos, montañas, selvas y sabanas. Su punto más alto es el monte Camerún, en el sudoeste, y sus principales ciudades son Duala, Yaundé y Garua. Habitan el país más de doscientos grupos étnicos y lingüísticos, pero sus lenguas oficiales son el francés y el inglés.
LA ASOCIACIÓN CAMERUNESA ASEVD
Nos hemos comprometido en esta noble y bella aventura a partir de la iniciativa de sus auténticos promotores. Los miembros de la Asociación ASEVD, y fundamentalmente su presidenta, Priscille Angel Engome, vienen realizando desde hace varias décadas, un trabajo humanitario de ayuda a niños en situación de emergencia.
A partir de sus propios recursos y con gran esfuerzo, están haciendo posible que este proyecto esté en marcha y que puedan ser ayudados, en sus necesidades básicas, un grupo de niños y niñas vulnerables en Yaunde.
En agosto de 2018 visité la ciudad de Yaunde y pude constatar la seriedad y el rigor con que esta Asociación trata de realizar su labor solidaria en beneficio de la infancia vulnerable. Tras varias reuniones y habiendo identificado las necesidades de los niños a los que nos comprometíamos ayudar (unos 15), firmamos un Convenio de colaboración entre ASEVD y ADECUA para trabajar aunando esfuerzos, en beneficio de estos niños.
El APADRINAMIENTO
La Asociación para el Desarrollo y la Esperanza de las Culturas Africanas (ADECUA) ha decidido crear un programa especial para la obtención de ayudas para estos niños y niñas de África. Mediante la fórmula del apadrinamiento queremos concretar nuestra ayuda a estos niños/as.
Hace 20 años, Vicente Ferrer definió el apadrinamiento como "un sistema de solidaridad adecuado para contribuir al desarrollo de los países pobres, puesto que garantiza una donación permanente durante un largo periodo de tiempo".
La clave de este sistema de recaudación de fondos es que se logra un compromiso personal durante años de una donación que ronda los 20 euros al mes.
A cambio de la donación, el padrino recibe información periódica de la evolución del niño/a, una fotografía y los datos personales del niño que le ha sido asignado o ha escogido, correspondencia del ahijado o la ahijada, y el recibo para poder desgravar el 25% de la aportación en la declaración de la renta.
Al formalizar el apadrinamiento de un niño o una niña, la organización solicita los datos personales y bancarios. El pago es de 20 euros al mes (aunque puede optarse por una cuota anual).
La ruptura unilateral del contrato es posible cuando se desee y basta con una simple llamada telefónica a la Asociación, siempre mejor que solicitar a la entidad financiera de que no acepte el recibo, dado que la logística de las asociaciones necesita saber con qué aportaciones cuenta.
La organización por su parte, a través de la contra parte local (ASEVD), realiza un notable esfuerzo encargándose del seguimiento del menor día a día, como si de un hijo a cargo se tratara. Por otra parte se realizará la actualización de los datos y la gestión de los envíos periódicos de los padrinos, a los que se asigna un menor como “ahijado-a” y se les remite una fotografía y sus datos personales.
Se formaliza un Compromiso de Apadrinamiento en el que las partes (ADECUA y el padrino-a) se vinculan a través de unas cláusulas que firman en señal de acuerdo mutuo por el desarrollo de los menores.
PUENTE ENTRE EL PRIMER Y TERCER MUNDO
Cuando se nos pregunta por la desconfianza que puede levantar este tipo de programas respondemos con rotundidad que quien quiera justificar su conciencia por no ser solidario, efectivamente encontrará razones para afirmar que no tenía que ayudar a nadie, pues las fórmulas humanas siempre pueden ser sospechosas de engaño.
El apadrinamiento dota de un rostro a la ayuda. A cambio del compromiso económico, el padrino afianza un vínculo con su ahijado y a través de él/ella, con el lugar donde éste vive, conoce características de su país y es informado puntualmente de los avances en la difícil empresa de dotar de desarrollo a zonas paupérrimas.
Las normas comunes a todas las asociaciones aconsejan, que todo tipo de ayuda se realice a través de la mediación de los responsables locales y no directamente.
Lo que sí podemos potenciar es la visita al lugar donde vive el ahijado, cuyos gastos asumirá el padrino. Por supuesto, no es posible traer los niños a nuestro país, si no es a través de la adopción, que en algunos casos sí sería posible aunque requiere mucha burocracia, tiempo y dinero.
Apadrinar a un niño no quiere decir adoptarlo, aunque se genera con él/ella un vínculo valioso que puede durar toda la vida.
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